Bellas historias de amor



Queridos amigos:

Hoy os quiero descubir una bella historia de amor, que a través de una carta habla al pensamiento de su amada.

Ellos se conocieron en un parque, ella joven, guapa y risueña, sentada en un banco de madera miraba a su alrededor disfrutando de todo lo que sus ojos a
lcanzaban a ver, él paseaba sin prisa, pensativo como si solo estuviera el parque y nadie más, mayor que ella pero atractivo y de buena presencia.

Al llegar a su altura, se detuvo, algo le llamó la atención, su precioso gesto, su dulz
ura en la cara, algo que no podría describir pero que le cautivó, ella tímida y temerosa levantó sus preciosos ojos, brillantes como esmeraldas y se le quedó mirando como si quisiera preguntarle algo, pero no se atrevió, él con semblante sereno, pero con un manojo de nervios en su cuerpo le pidió permiso para sentarse a su lado, todo fue un flechazo entre los dos y pasado el tiempo decidieron compartir sus vidas, vidas que se presentaban felices pero a veces no todo sale como se espera.

Al paso de los años ella sufre un accidente y aquí es donde empieza su verdadera historia de amor.



LOS OJOS DE LA MARIPOSA


Querida mariposa:

Hoy te escribo esta carta para demostra
rte todo mi amor, has llenado mi vida de risas y de colores, de ánimo y de comprensión, nunca has desfallecido ante las pruebas que tenemos que ir superando con los años, pero algo te ha hecho desfallecer y desanimarte y poco a poco te vas alejando de mí.

En estas líneas quiero expresarte lo que siento por ti, no eres ninguna carga para mí ni un estorbo como sé que a veces piensas, porque aunque tus ojos ya no me puedan mirar con el brillo de aquel día en el parque, ya que ese fatal accidente te lo borró, aquí sigo amor mío, pues mis ojos ven por los tuyos, mi aliento te ayuda a respirar y mi cuerpo es el pilar de tu apoyo, no me ignores cariño, no me ignores, mira en tu oscuridad y verás la claridad de nuestro amor, lo que nos unió, porque los ojos de la esperanza están a tu lado para hacerte ver que mi vida se amarró a la tuya para caminar cogidos de la mano y no soltarnos hasta el final.

Por eso querida mariposa aunque no puedas leer mi carta, mis labios te la susurraran para que ese gesto de dulzura vuelva a iluminar, confía en mí amor déjate llevar y solo escucha mi voz y olvida la oscuridad, vuelve a mi lado pues me invade la soledad.

Te quiero.


Un beso para todos, os quiero
María.

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