Podría obligarme a escribir
nuevas aventuras en mi diario de hojas secas,
pero me robaste todas las líneas
con tus caricias imposibles,
me robaste toda la tinta
con tus besos indescifrables,
me robaste hasta la ansiedad
que queda por dentro
cuando me dejas en el alba.
Podría obligarme a silbar
nuevas canciones en mi diario de hojas secas,
pero me robaste todo el aire
con tu piel infranqueable,
me robaste todo el silencio
con tu voz interminable,
me robaste hasta la tristeza
que queda por dentro
cuando me dejas en el alba.
Víctor César Suárez Saa
Un beso para todos, os quiero
María
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