Cerca del Pueblo Mágico de Zacatlán de las Manzanas, en Camotepec, Puebla, (Ciudad de México), se localiza el Valle de las Piedras Encimadas, un sitio natural que parece salido de un cuento de fantasía, propio de hadas y duendes.
Envuelto en un ambiente casi místico, las enormes estructuras de piedras van emergiendo poco a poco de entre la cortina de neblina que regularmente cubre este sitio, creando una atmósfera etérea. Son piedras monumentales que en total forman 60 figuras.
Según los geólogos se trata de rocas volcánicas de 250 millones de años de antigüedad, formadas por corrientes de agua durante la época mesozóica.
Hay infinidad de leyendas que rodean a este lugar, desde extraterrestres, hadas o duendes, o bien parejas de enamorados con amores imposibles, y a ésta vamos a hacer referencia:
Se cuenta que unos príncipes enamorados, hijos de reyes de diferentes reinados, se amaban en secreto. Sus reales familias no aprobaban esa relacion por ciertas rivalidades que los monarcas tenían. El vínculo que sostenían los príncipes fue descubierto al informar a los reyes de la existencia de los amoríos de la pareja. El enfado fue tan grande que decidieron enviarlos a países lejanos y de esa forma separarlos definitivamente.
La pareja enterada de dicha decisión, pudieron reunirse en este valle mágico y misterioso por última vez para despedirse y contarse las causas de lo que su amor estaba provocando. Clamaron a sus dioses para que los ayudara en su adoración infinita y dulcificara el corazón de piedra de sus padres, aprobando la relación que sostenían, pero sabiendo inútil el alcance de su deseo.
Rogaron al cielo para que hiciera algo por ellos, ya que no querían separarse jamás. Los amantes mirándose embelasados el uno al otro sintieron una brisa delicada y suave envolviéndoles para siempre. Al parecer sus ruegos fueron escuchados y en ese precioso valle existen dos rocas semejantes a dos rostros unidos por un beso.
El Valle de Piedras Encimadas es un increíble lugar que da paso a la formación de románticas o terribles leyendas, que pone a prueba la imaginación de quien llega a conocerlas y también porque en su seno encierra: tiempo, aire y agua.
Un beso para todos, os quiero
María.
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